Es pronto, muy pronto, oigo el eco a lo lejos de un sonido que golpea mis tímpanos cuando apenas tengo la sensación de haber cerrado los ojos hace un momento, un sobresalto inconsciente hace que despierte a un nuevo día y a la realidad consciente, ¿Dónde está la hora que me han robado y que me devolverán sin intereses en unos 180 días a cambio de tardes más oscuras?
Y aunque no tengo sueño, una ducha de inconformismo me acaba de despejar y me repito… quiero mis 60 minutos!! Esos que me quitaron ayer y me faltan hoy.
Atascada en mis propias conjeturas que fluyen más rápido en mi cabeza que el atasco circulatorio, resuena en mi cabeza insistente como el despertador esa frase “ es que piensas demasiado…” pero no es momento ni lugar para dedicarse a la meditación y luchar pacíficamente para no pensar en nada, algo tan sencillo para unos y difícil para otras.
Y, mientras intento apaciguar ese mar de ideas tan grises y revueltas como mi día y el mismo cielo hoy, decidiendo qué hacer, y si es lo mismo izar la bandera blanca que tirar la toalla, suena una canción en la radio, ironías de la vida.”que estás cansado de andar y caminar girando siempre en un lugar”
Miro a través del retrovisor, una larga cola de coches parados , y miro hacia adelante, Bien! Empiezan a moverse! “Pintarse la cara color esperanza…” ¡Horror! Me miro en el espejo y me veo con la cara de un lunes muy lunes, aunque no es cuestión de pintarla de verde está claro, necesita un poco de sol urgentemente, y recuerdo “sonríe, sonríe, sonríe” y … funciona! Tanto que me acabo de confundir al tomar la dirección, así que trazo mentalmente mi nueva e improvisada ruta que me llevará a mi destino con el mar por compañero, ese mar revuelto, que sólo aspirarlo te da paz.
“ No tenemos sueños baratos…” ¡Y dále! Pues no, los míos no tienen precio, ¿Quién será el artífice de esas frases de anuncio? Martilleo, casi agujereo el botón para cambiar la emisora (aún me duele el dedo), los últimos acordes de una canción, me devuelven al verde, azul, grisáceo mar, mientras que ni mi cara ni el semáforo están verdes.
A lo lejos, un barco … canturreo lo que suena “ es mejor perderse que nunca embarcar, mejor tentarse a dejar de intentar. Aunque ya ves, que no es tan fácil empezar” o seguiiiiir, añado yo, ¡Cielos!!! La misma canción dós veces!!!
En mi día marrón ¿Me estará intentando decir algo la vida?
“ la vida no te dice nada, te lo enseña todo, y es tan buena maestra, que sino aprendes la lección te la repite.” (anónimo?)
Vuelvo a mirar por el retrovisor, importante para avanzar ver lo que queda atrás, y luego por el parabrisas visualizando de frente, ahora sí, cuando encuentre un espacio ya puedo aparcar mi torbellino de pensamientos y seguir a pie el resto del camino, si es paseando… mucho mejor!